sábado, 19 de abril de 2008

La felicidad de ser un prostituto

Paseando por Internet me he fijado en una noticia de Vladimir Putin, en la que se le compara con Sarkozy por echarse una novia más joven, más guapa y más famosa que su esposa, de la que estaba recién divorciado. Vamos, mismo perro...

El caso es que lo que más me sorprende de la noticia es cómo le cambia a uno la cara cuando se sale con una mujer 32 años más joven que tu:

Antes:















Después:

















El efecto "felicidad" es claramente notorio en la cara del presidente ruso, sobre todo si tenemos en cuenta que su novia es Alina Kabaeva, probablemente la mejor gimnasta olímpica de todos los tiempos. (¿Qué le podrá enseñar en flexibilidad a este rígido exKGB?)

Bueno, si nos ponemos así, no podemos olvidar que el hijo de Putin tiene también un caché alto entre el sector femenino del Partido Rusia Unida. Y si no se lo creen sólo echen un vistazo:





Lo sé, lo sé. Y lo siento.

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